Desde que los niños ya son más grandes, nuestros viajes van siendo cada vez más a la aventura y sin programar casi nada. Es algo que hacíamos cuando nos escapábamos mi marido y yo antes de tener niños y era mucho más emocionante. Así es que ahora que los niños son más independientes, allá que vamos como por ejemplo esta escapada a Granada en familia.
A veces, en los sitios menos esperados, puedes encontrar a una persona especial, con la que estableces una amistad sana y que además, perdura en el tiempo a pesar de la distancia y es el caso de mi hija con su amiga de “Sevilla”, lo entrecomillo porque realmente es de Granada.
Todo empezó hace meses, cuando tuvimos la suerte de conocer el hotel Barceló Sevilla Renacimiento y su verano Pirata, íbamos varios bloggers con nuestras familias, pero mi hija, hizo especial amistad desde el minuto 0 con Ana, una niña que aunque no estaba allí con motivo del encuentro entre bloggers, sí que guardaba relación con las personas del Hotel y que nos atendieron.
Amistad duradera
El caso es que se hicieron amigas, muy buenas amigas allí en Sevilla y la despedida fue un “hasta luego”. Se intercambiaron los teléfonos y han estado manteniendo el contacto.
Mi hija no paraba de decirnos que había que ir a Granada, quería volver a ver a su amiga, así es que…había que organizar un viaje.
Escapada a Granada en familia
Lo primero y principal es buscar el alojamiento y como decía al principio, ahora que los niños son más mayores, no me importa tanto cómo sea el alojamiento si consigue las “3 B” y encontré uno que si las tenía.
El Hostal Apolo Trece se sitúa en el pueblo de Santa Fe, cuna de las capitulaciones, a unos 7 km de Granada y aunque en su web pone que cuenta con cafetería y restaurante, la verdad es que cuando llegamos y pregunté por ello me dijeron que ahora mismo no lo tenían operativo pero que en breve, volverían a abrirlo.
Aunque es un punto negativo, y más si no lo avisan cuando haces la reserva, la verdad es que en la misma calle o cruzando, tienes un montón de cafeterías donde podrás disfrutar de un buen desayuno.
Cogimos una habitación triple a pesar de ir 5, ya que apuntamos a mi sobrina a la escapada a Granada en familia. Tan solo con juntar las 3 camas fue suficiente para dormir los 5 sin problemas.
Las camas eran muy confortables y el cuarto de baño suficiente con plato de ducha. La habitación daba a la carretera y con cerrar la ventana y bajar la persiana era suficiente para no oír el ruido exterior.
Os puedo decir, que es de lo más barato que puedes encontrar y total, para asearte y dormir es más que suficiente. Nos costó para los 5 que fuimos en una habitación triple las dos noches, 90 €.
Conociendo Santa Fe
Después de soltar las maletas en el hostal, fuimos a conocer un poco más el pueblo, ya que hasta el día siguiente no habíamos quedado con Ana y su madre para que se vieran las niñas y que nos enseñase un poco más Granada.
En Santa Fe, en la Plaza de España tenemos la Iglesia de la Encarnación, podemos visualizar las cuatro puertas que coronan el centro histórico de Santa Fe y que en su tiempo fueron las únicas entradas al campamento militar.
Además se encuentra el Instituto de América en la misma plaza. En éste último pudimos apreciar una exposición del XXX Aniversario de la muerte de Andy Warhol (más indicado para los mayores) y la exposición de DE SANTA FE A LAS INDIAS. El primer viaje de Cristóbal Colón. 17 de abril – 12 de octubre 1492. Muy apropiado para las niñas que están justo estudiando la conquista de Granada, los Reyes Católicos, etc.
Cenando en Santa Fe
Cenamos en un bar al lado de la plaza donde ya nos advirtieron antes de ir, que tan solo con las tapas comeríamos sin necesidad de pedir nada más adicional para comer, y así fue. Con nuestras consumiciones, nos pusieron dos bandejas de lomo en pan con tomate natural que pide tu cena después…
Una vez cenados, dimos un breve paseo por el pueblo y volvimos al hostal, tocaba reponer fuerzas del viaje y nervios de encontrarse al día siguiente.
Por la mañana después de asearnos, fuimos al hotel que estaba en la misma calle a desayunar y desde allí salimos a Granada.
Descubriendo Granada
Lo primero fue visitar el Mirador de San Nicolás, un sitio clave en pleno centro del barrio de Albaicín donde podréis disfrutar de unas vistas preciosas de la Alhambra, Sierra Nevada, la ciudad y la Vega de Granada.
Aunque no teníamos entradas para ver la Alhambra, no iba a ser inconveniente en subir hasta allí y contemplar (y sufrir) el camino, así es que después del Mirador de San Nicolás, pusimos rumbo hacia allí.
Por el camino nos encontramos con el Archivo Histórico de la Ciudad de Granada, donde pudimos entrar a sus jardines y hacernos algunas fotos más.
Seguimos subiendo camino a la Alhambra, ojo, no tengáis prisa, es todo cuesta arriba y valga la redundancia, cuesta subirla. Eso si, el camino es muy bonito.
Lo dicho, si no habéis comprado las entradas con meses de antelación, es imposible entrar, y ese fue nuestro caso, que cuando miramos, ya no quedaban. Pero da igual, como os comentaba, vamos un poco a lo improvisado, ya tenemos otra excusa para volver… 😉
En ese momento, la madre de Ana (la amiga y motivo de la visita) ya nos estaba diciendo dónde debíamos ir para poder vernos, y le faltó tiempo a mi hija para bajar e ir al punto de encuentro con Ana.
La espera una vez allí se hizo larga, había muchas ganas de volverse a ver, pero la espera valió la pena:
Ya juntas, tocaba conocer Granada y su tapeo.
Nos contaron que ahora se había puesto de moda celebrar las despedidas de sotero/a por las calles de Granada, y damos fe de ello ya que nos cruzamos con muchos grupos de gente que estaban allí disfrazados y “dándolo todo”.
Estuvimos de tapeo fantástico, efectivamente, vuelvo a confirmar que allí no hace falta pedir la carta, se come del tapeo sin dudarlo.
Fuimos a la Catedral de Granada, situada en pleno centro de la ciudad, entre la calle Oficios, calle Cárcel, Plaza de las Pasiegas y la Gran Vía de Colón y de ahí bajamos por la Alcaicería, una pequeña zona comercial llena de tiendas pequeñas donde podéis encontrar recuerdos, souvenirs y artesanía de la zona.
No sé qué hora nos dieron, pero decidimos volver a Santa Fe y tomar la merienda en La Isla, una conocida cafetería de allí donde se podían degustar los Piononos, los dulces típicos de Santa Fe.
La noche se nos hizo encima y tocaba pensar en un plan para la cena. Mi hija tenía claro que esa noche iba a quedarse a dormir con su amiga en su casa, así es que aunque barajamos cenar todos juntos en un local recomendado, el cansancio y los nervios de todo el día, hicieron que al final descansásemos y pidiéramos unas pizzas.
Nosotros estuvimos mirando en Santa Fe y encontramos la Pizzería el Trocadero, un sitio amplio, limpio, de personal muy agradable y local muy bien ubicado. Sus pizzas de masa fina estaban deliciosas, pero podéis mirar más comida ya que tenían hamburguesas, Kebabs, bocatas, ensaladas, etc. Os lo recomiendo.
Al día siguiente tocaba despedida, así es que fuimos a recoger a Noah y organizar el viaje de vuelta a Madrid. Ya habían hecho planes para volver a verse las niñas, ¡no habían perdido el tiempo!
La despedida fue de nuevo un “hasta luego”.
De camino a Madrid y de nuevo improvisando el viaje, paramos en Jaen, donde subimos al Castillo de Santa Catalina y pudimos apreciar las magníficas vistas de la ciudad y de la Catedral de la Asunción.
Ahora si, vuelta a Madrid, con cara tristes por la separación pero con ganas de volver y que la amistad tan bonita que han comenzado las niñas perdure en el tiempo.
¿Habéis visitado alguna vez Granada en familia? ¿o habéis idos solos?
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1 comentario en «Escapada a Granada en familia»
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Me alegra que te gustase mi ciudad, pero te cuento, si la próxima vez que venís no tenéis entradas para la Alhambra y queréis entrar, por la mañana ponen a la venta un número reducido a la venta, eso sí, hay que ir con tiempo, en temporada alta hay gente que duerme en las taquillas y todo para conseguirlas… Aunque en realidad no hace falta exagerar tanto, con ir a las 6 o 7 de la mañana normalmente las puedes comprar 🙂
¡Un beso!