Comienzan las vacaciones

Comienzan las vacaciones

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Eran las 6 de la mañana (música de Juan Luis Guerra y 4.40)…

En realidad han sido las 5:15 cuando salíamos de casa, los niños más nerviosos y  con más  hiperactividad de lo normal a esas horas…

Ya llevaban varios días con la cuenta atrás para ir a la playa, sobre todo el pequeño, creo que es el que más nervioso estaba y solo con nombrarle la palabra “playa” saltaba cual saltamontes.

Salimos de noche, la oscuridad no sólo era por la hora temprana, se juntó la tormenta de verano que Madrid y alrededores llevaba rondando. Los niños miraban por las ventanillas los relámpagos y soltaban un :”alaaaa” cada vez que veían uno.

Pensábamos que con los nervios del viaje y el espectáculo de los rayos no se dormirían en el coche, pero a las 6:30 ya estaban dormiditos soñando con la playa y sus vacaciones.

Tampoco les duró mucho el sueño, apenas una hora pero conseguimos que el trayecto se les hiciera más  corto y así evitarnos las preguntas de rigor: ¿falta mucho? ,¿cuanto queda para llegar?,¿hemos llegado?.

La verdad que siendo ya algo mayores, el viaje se hace más ameno sobre todo para ellos, se entretienen con más cosas y van teniendo más  paciencia.

Hicimos una parada para desayunar e ir al baño. Un bar-restaurante de carretera típicos de los viajes. Debo decir que la impresión que nos dejó el bar fue deprimente: el café  malo no, lo de después. Todo lleno de moscas y según mi marido, los baños de los hombres eran asquerosos y lo que se encontró en la basura no debía estar allí si no en la taza…imaginaos…

Salimos de allí escopetados y rumbo a la playa de nuevo.

Debido al desbordamiento del pantano en Almansa, el navegador nos desvió por otra carretera y pasamos por una zona de polígonos e industrial bastante fea la verdad. Siempre mirando al horizonte intentando atisbar el mar, aunque fuese entre la bruma y las nubes que encapotaba el cielo.

No hubo suerte, hasta que no llegamos al destino no pudimos ver el mar.

Localizamos el apartamento, porque nosotros siempre hemos preferido ir con niños a un apartamento y no estar sujetos a horarios y normas de hotel,  no penséis que somos unos cafres, me refiero a que en un apartamento puedes llevar una rutina y hábitos lo más parecidos a tu hogar.

¿Vosotros que preferís, hotel o apartamento?

Lo que decía, una vez localizado el apartamento como no podíamos entrar aun en él por el horario, nos fuimos directos a la playa ya que estaba al lado.

Toalla, tablas de sur y ¡al agua!

Los niños y nosotros disfrutamos del mar con sus olas durante un rato. El peque averiguó la diferencia entre tragar agua de piscina y de mar, pero sin mayores consecuencias que el revolcón de la ola.

Una vez desquitados del primer contacto con el mar, pudimos descargar nuestras maletas en el apartamento. Regina que es la casera, de nacionalidad alemana nos explicó el funcionamiento del aire acondicionado  (solo se activa de 11 de la noche a 8 de la mañana) y demás información básica del apartamento.

El apartamento es pequeño, una habitación matrimonio, cocina, baño y salón. Tiene un porche bastante amplio con mesa y sillas y está a 40 metros de la playa. Suficiente.

Después de acomodarnos y comer, la siesta era obligatoria. Aunque los niños no querían, creo que fueron los primeros en caer dormidos. La siesta de 15 minutos se convirtió en siesta de una hora, pero les sentó genial para recargar las pilas.

Aunque seguía nublado, con aire y cayeron algunas gotas después, no nos impidió volver a la playa cargados de sombrilla, silla, toallas, tablas de sur y gafas de snorkel.

Mi marido, al que le llama más el norte y el frío, huidizo de arena de playa, estuvo disfrutando tanto o más que los niños del tiempo encapotado, de las olas e incluso confesó no darle tanto asco la arena de la playa…..

La euforia de la tarde le llevó a perder las gafas de sol en el agua, jajaja.

Por la noche habíamos prometido ir a la feria y al mercadillo a los niños y así hicimos.  Nos duchamos y cambiamos,  yo guardé chaquetilla para todos en mi bolso de Mary Popins que toda madre lleva consigo  y allá que fuimos por el paseo marítimo hasta la feria.

Cenaron perrito, visitamos el mercadillo, donde Pitufina quiso que la hicieran una trenza de colores, miramos gafas de sol…. y saltaron en las colchonetas de la feria.

Vuelta al apartamento cansaditos, en 5 minutos estaban dormidos.

Hoy nos depara otro día de playa y nubes, pero de paz y diversión en familia.

Ya os contaré más cositas de nuestras vacaciones.

¡Disfrutad y descansad!

 

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1 comentario en «Comienzan las vacaciones»

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